"Este ensayo terminará, la representación también, los cantantes morirán y finalmente la última partitura de la música será destruida de un modo u otro, el nombre de Mozart se desvanecerá y el polvo habrá vencido, si no es en este planeta en otro cualquiera. Solo podemos escapar por un rato. Y los andrillos pueden escapar de mí, y sobrevivir un rato más. Pero los alcanzaré o los hará otro cazador de bonificaciones. En cierto modo -observó-, yo soy parte del proceso de destrucción entrópica. La Rossen Association crea y yo destruyo. O al menos, eso debe parecerles a los androides".
Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Es extremadamente curioso como el mero hecho de darle un nombre a alguna cosa crea un concepto nuevo y puede cambiar completamente la forma de pensar. Un caso que se me ocurre son los conceptos de ὕϐρις(Hybris)y Νέμεσις(Némesis) griegos, podemos explicarlos con palabras, pero no tenemos ninguna palabra que los traduzca correctamente, por ello no podemos usarlos conceptualmente.
Igual que pasa con los conceptos de otros idiomas, puede pasar lo mismo con los conceptos de nuestro propio idioma. El caso en concreto que se me viene a la mente, es el del Kippel que introduce K.Dick en su lirno "Sueñan los androides con ovejas electricas?" Si tuvieramos que buscar un sinónimo, lo más cercano sería basura y, sin embargo, el término basura es incapaz de agotar el significado de Kippel.
¿Qué es el Kippel?
"Kippel son los objetos inútiles, las cartas de propaganda, las cajas de cerillas después que se haya gastado el último, el envoltorio de un chicle o el diario del día anterior. Cuando no hay gente, el kippel se reproduce (...) el kippel expulsa el no-kippel (...) nadie puede ganar al kippel, a no ser, quizás, de forma temporal y en un punto determinado, como mi apartamento, donde he conseguido un equilibrio entre kippel y no-kippel, al menos por ahora (...)"Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Creo que solo con leer estos fragmentos del texto, se puede comprender, mínimamente lo que el Kippel significa, objeto que cae en el olvido. El Kippel es el excedente de la existencia, es lo que sobra despues de ser. Es lo que deja de tener sentido, lo que ha sido y ya no es sin dejar de estar. Es el destino de toda cosa, de todo ser, de toda existencia: el olvido. El Kippel, nos permite una visión perfecta de la existencia, nos permite darnos cuenta de lo efímero.
A mí, al menos, me produce escalofríos el mero hecho de pensar en la cantidad de Kippel que hay. De todas las cosas dejadas atrás, me viene la imagen de la pelicula "Titanic" y la cantidad de objetos personales que había en los decorados del barco, pienso en todo el sentido, el significado de aquellos objetos para sus dueños, fotos de seres queridos, joyas heredadas, un fajo de billetes con los ahorros para comenzar de nuevo en América... Ya no significan nada, no son nada mas que Kippel, han perdido todo su sentido. Quizás como objetos de exposición como "historia viva"..., Kippel todo.
Kippel es basura y es final, es el destino último de la existencia. Comprender lo que es el Kippel es difícil. A veces me viene la imagen del como será el mundo cuando la raza humana se haya extinguido, todas las cosas, todos los objetos que queden, los edificios medio derruidos -como en una pelicula de ciencia-ficción postapocaliptica- todo eso es kippel, algo sin alguien que le de sentido.
“Un silencio que emanaba del suelo y de las paredes y parecía generado por una vasta usina lo golpeó con tremenda energía. Brotaba de la moqueta gris en jirones, de los utensilios total o parcialmente destrozados de la cocina, de las máquinas que no habían funcionado en ningún momento desde que Isidore había llegado. Rezumaba de la inútil lámpara de pie del cuarto de estar, combinándose con el que descendía, vacío y sin palabras, del cielorraso manchado por las moscas. En realidad, surgía de todos los objetos que tenía a la vista, como si el silencio se propusiera remplazar a todos los objetos tangibles (…)
Vivía solo en ese ruinoso edificio de mil apartamentos deshabitados que, como todo los demás, se derrumbaba de día en día en un deterioro entrópico creciente. Finalmente, todo lo que había en su interior se fundiría, sería idéntico e irreconocible, mero desecho amorfo, kippel apilado hasta el cielorraso de cada apartamento. Y después el edificio mismo perdería su forma y quedaría sepultado bajo el polvo ubicuo. En ese momento él estaría muerto. "Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?
Si quereis saber más sobre el Kippel, podéis visitar esta curiosa página: Kippel
domingo, 13 de septiembre de 2009
domingo, 5 de julio de 2009
Un sueño
Hace unos pocos días tuve un sueño bastante extraño. Cuando desperté pensé en apuntarlo para subirlo al blog y aquí está. Lo transcribo tal y como lo anoté:
“Esta noche he soñado algo bastante difícil de describir, tanto por el propio sueño, como por el olvido que gradualmente se lo va comiendo.
El sueño consistía, hasta donde yo recuerdo, en un viaje que debía hacer a algún lugar. Para ello tomaba una especie de avión/tren/autobús (en el propio sueño se mezclaban y la memoria no me permite recordar cómo era exactamente). Detrás de mí, sentados en sus asientos, una niña y su padre. Yo le hacía burlas a la niña, ella no se movía, era el padre el que respondía con burlas y gestos.
En un momento dado, miraba por la ventanilla y veía, como en un tren, pasar el paisaje, los pueblos, las ciudades, la gente. Mientras, el transporte se iba elevando, ascendiendo. Me sentía lleno de angustia, no quería abandonar todo aquello, deseaba quedarme en cada instante, en cada imagen eternamente, en cada pueblo, habitar toda una vida en cada edificio, ser amigo de cada persona, pisar cada prado. No deseaba que el transporte siguiera avanzando.
Fue entonces cuando el piloto dijo por megafonía que alguien estaba impidiendo que el transporte despegara, que debíamos relajarnos y pensar hacia adelante y no desear quedarnos en el pasado.
Lo intenté. El paisaje comenzó a volverse borroso cuando, de súbito aceleramos. La velocidad me impedía distinguir cada cosa. Entonces me entró la nostalgia de nuevo y quise contemplar el paisaje. Solo con desearlo aminorábamos la marcha y podía volver a mirar, con angustia, por la ventanilla.
El padre del asiento trasero, antes tan amable, estaba indignado, quería llegar a tiempo. Entonces la niña hizo algo que me distrajo. Una juguetona burla a la que yo respondí. Así, continué el viaje, distraído con la niña y sin volver a mirar por la ventanilla, por lo menos hasta llegar a una parada de descanso en un pueblo manchego donde sonó mi despertador.”
Tengo mucho sueño y mañana me toca madrugar, así que me abstendré de comentar, que cada uno saque las conclusiones que quiera y si alguno se atreve a interpretarlo, su comentario será bien recibido.
P.D. Perdonad si el texto no se entiende del todo bien, cuando lo escribí estaba recién levantado.
“Esta noche he soñado algo bastante difícil de describir, tanto por el propio sueño, como por el olvido que gradualmente se lo va comiendo.
El sueño consistía, hasta donde yo recuerdo, en un viaje que debía hacer a algún lugar. Para ello tomaba una especie de avión/tren/autobús (en el propio sueño se mezclaban y la memoria no me permite recordar cómo era exactamente). Detrás de mí, sentados en sus asientos, una niña y su padre. Yo le hacía burlas a la niña, ella no se movía, era el padre el que respondía con burlas y gestos.
En un momento dado, miraba por la ventanilla y veía, como en un tren, pasar el paisaje, los pueblos, las ciudades, la gente. Mientras, el transporte se iba elevando, ascendiendo. Me sentía lleno de angustia, no quería abandonar todo aquello, deseaba quedarme en cada instante, en cada imagen eternamente, en cada pueblo, habitar toda una vida en cada edificio, ser amigo de cada persona, pisar cada prado. No deseaba que el transporte siguiera avanzando.
Fue entonces cuando el piloto dijo por megafonía que alguien estaba impidiendo que el transporte despegara, que debíamos relajarnos y pensar hacia adelante y no desear quedarnos en el pasado.
Lo intenté. El paisaje comenzó a volverse borroso cuando, de súbito aceleramos. La velocidad me impedía distinguir cada cosa. Entonces me entró la nostalgia de nuevo y quise contemplar el paisaje. Solo con desearlo aminorábamos la marcha y podía volver a mirar, con angustia, por la ventanilla.
El padre del asiento trasero, antes tan amable, estaba indignado, quería llegar a tiempo. Entonces la niña hizo algo que me distrajo. Una juguetona burla a la que yo respondí. Así, continué el viaje, distraído con la niña y sin volver a mirar por la ventanilla, por lo menos hasta llegar a una parada de descanso en un pueblo manchego donde sonó mi despertador.”
Tengo mucho sueño y mañana me toca madrugar, así que me abstendré de comentar, que cada uno saque las conclusiones que quiera y si alguno se atreve a interpretarlo, su comentario será bien recibido.
P.D. Perdonad si el texto no se entiende del todo bien, cuando lo escribí estaba recién levantado.
jueves, 11 de junio de 2009
Jugar al ajedrez con la muerte mas alla de la puerta de Tanhausen
Bueno, dado mi efusivo retorno a este blog abandonado, voy a dejar la política de lado para volver al existencialismo. Además, aprovecho para darle algo de color al blog y añadir un par de videos que vienen niquelados.
El primero es de la pelicula Blade Runner, Roy Batty, el replicante, tiene un final completamente existencialista ante el detective Rick Deckard que no puede más que asistir, mudo, ante la muerte.
El segundo pertenece a la pelicula el septimo sello, de Ingrid Bergman. En ella, un cruzado, de camino a su casa se cruza con la muerte. Para intentar burlarla, le propone una partida de ajedrez.
No creo que sea necesario hacer ningun comentario al respecto, los dos fragmentos lo dicen todo por si mismos. La muerte, la angustia, la existencia, el anhelo de vivir...
El primero es de la pelicula Blade Runner, Roy Batty, el replicante, tiene un final completamente existencialista ante el detective Rick Deckard que no puede más que asistir, mudo, ante la muerte.
El segundo pertenece a la pelicula el septimo sello, de Ingrid Bergman. En ella, un cruzado, de camino a su casa se cruza con la muerte. Para intentar burlarla, le propone una partida de ajedrez.
No creo que sea necesario hacer ningun comentario al respecto, los dos fragmentos lo dicen todo por si mismos. La muerte, la angustia, la existencia, el anhelo de vivir...
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martes, 9 de junio de 2009
La decadencia politica de Europa
Hace apenas un par de días que terminaron las elecciones europeas. Lo cierto es que, puesto que no soy politólogo, me resulta muy difícil analizar y sacar conclusiones, sin embargo, puesto que se supone que me dedico a la tarea de pensar, voy a ponerme a ello.
Una de las cuestiones más importantes, a mi parecer, ha sido la baja participación. En España, tan solo un 46% ha ido a las urnas, un dato que revela que a más de la mitad de los españoles les importa un bledo lo que suceda en Europa. Comparativamente, el porcentaje es algo mayor que el registrado hace cuatro años y sin embargo, es un 20% menos del registrado hace ocho. Para mí, todo esto tiene una lectura muy clara, los españoles estamos hastiados de los políticos. La mitad de los españoles no quiere saber nada de política. Si miramos las estadísticas europeas, observamos como el porcentaje de votantes ha ido bajando, elecciones tras elecciones, pasando del 58,41% de 1989 al 43,1% de este pasado domingo. De todo esto, solo puede sacarse una conclusión. Los europeos estamos perdiendo el interés por Europa.
Muchas son las causas por las que podemos explicar este fenómeno, no entraré en ellas, sobre todo, sabiendo que a pesar de los escándalos de corrupción en Italia, el señor Berlusconi y sus playgirls han salido claramente victoriosos.
Aún así, hay un dato relevante, quizás el más importante de todos ellos y que poco ha salido en los medios y es que, a pesar de la supuesta victoria del bloque de la derecha moderada (al que pertenece el PP), este bloque ha bajado en numero de escaños, también el socialista. Todos los grupos parlamentarios europeos han bajado a excepción de dos, los verdes y el grupo calificado en las estadísticas como (others), es decir, otros. Lo reseñable de esto es que la subida de los pequeños partidos ha sido de un 9%, es decir, de 29 escaños a 93, colocándose como la tercera en número de votos (obviamente, no constituye un bloque propio, pero el dato es esclarecedor). Una subida significativa que demuestra, una vez más, que estamos cansados de la política de los grandes.
Los partidos minoritarios que se alzan como alternativa a la hegemonía de los grandes grupos políticos. Entre ellos, destaco, por ser español y por tanto lo conozco más que a los extranjeros, UPyD, que se coloca con tan solo un escaño, pero que ha subido en porcentaje de votos. Quizás todo esto demuestre que frente al dominio de los grandes partidos que hacen la política de siempre. Sin embargo, el panorama político español es bien diferente al europeo, aquí, menos 6 escaños, todos han ido a parar a las manos de los dos grandes, es un síntoma de la gran desinformación que sufrimos (curiosamente, hace cuatro años, también se dio esta situación y acapararon todos los escaños menos 6). Blanco o negro, bueno o malo, amigo o enemigo. Mientras Europa busca alternativas, en España seguimos estancados.
De esto solo puedo sacar unas pocas conclusiones. Europa está cansada de los políticos. Hay unos pocos que mantienen la esperanza y buscan alternativas, pero la mayoría prefiere quedarse en casa y no hacer nada. No quisiera imaginarme qué pasaría si se tuvieran en cuenta las abstenciones a la hora de repartir escaños. Quizás así comenzásemos a tomar conciencia de lo grave de la situación.
Una de las cuestiones más importantes, a mi parecer, ha sido la baja participación. En España, tan solo un 46% ha ido a las urnas, un dato que revela que a más de la mitad de los españoles les importa un bledo lo que suceda en Europa. Comparativamente, el porcentaje es algo mayor que el registrado hace cuatro años y sin embargo, es un 20% menos del registrado hace ocho. Para mí, todo esto tiene una lectura muy clara, los españoles estamos hastiados de los políticos. La mitad de los españoles no quiere saber nada de política. Si miramos las estadísticas europeas, observamos como el porcentaje de votantes ha ido bajando, elecciones tras elecciones, pasando del 58,41% de 1989 al 43,1% de este pasado domingo. De todo esto, solo puede sacarse una conclusión. Los europeos estamos perdiendo el interés por Europa.
Muchas son las causas por las que podemos explicar este fenómeno, no entraré en ellas, sobre todo, sabiendo que a pesar de los escándalos de corrupción en Italia, el señor Berlusconi y sus playgirls han salido claramente victoriosos.
Aún así, hay un dato relevante, quizás el más importante de todos ellos y que poco ha salido en los medios y es que, a pesar de la supuesta victoria del bloque de la derecha moderada (al que pertenece el PP), este bloque ha bajado en numero de escaños, también el socialista. Todos los grupos parlamentarios europeos han bajado a excepción de dos, los verdes y el grupo calificado en las estadísticas como (others), es decir, otros. Lo reseñable de esto es que la subida de los pequeños partidos ha sido de un 9%, es decir, de 29 escaños a 93, colocándose como la tercera en número de votos (obviamente, no constituye un bloque propio, pero el dato es esclarecedor). Una subida significativa que demuestra, una vez más, que estamos cansados de la política de los grandes.
Los partidos minoritarios que se alzan como alternativa a la hegemonía de los grandes grupos políticos. Entre ellos, destaco, por ser español y por tanto lo conozco más que a los extranjeros, UPyD, que se coloca con tan solo un escaño, pero que ha subido en porcentaje de votos. Quizás todo esto demuestre que frente al dominio de los grandes partidos que hacen la política de siempre. Sin embargo, el panorama político español es bien diferente al europeo, aquí, menos 6 escaños, todos han ido a parar a las manos de los dos grandes, es un síntoma de la gran desinformación que sufrimos (curiosamente, hace cuatro años, también se dio esta situación y acapararon todos los escaños menos 6). Blanco o negro, bueno o malo, amigo o enemigo. Mientras Europa busca alternativas, en España seguimos estancados.
De esto solo puedo sacar unas pocas conclusiones. Europa está cansada de los políticos. Hay unos pocos que mantienen la esperanza y buscan alternativas, pero la mayoría prefiere quedarse en casa y no hacer nada. No quisiera imaginarme qué pasaría si se tuvieran en cuenta las abstenciones a la hora de repartir escaños. Quizás así comenzásemos a tomar conciencia de lo grave de la situación.
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